lunes, 8 de diciembre de 2014

Guía sobre que ver, hacer y visitar en Estambul (I): Museo de Santa Sofía

Muy buenas lectores, fotógrafos y viajeros, 

Desde mi viaje a Turquía de este Junio de 2014 tenía pendiente darme el capricho de publicar una entrada en exclusiva sobre esta antigua iglesia símbolo de la cristiandad, luego mezquita otomana y ahora museo de Santa Sofía en Estambul. La verdad es que la tenía muchas ganas pero no sacaba tiempo. He aprovechado este puente de Diciembre de diluvio universal aquí en el Norte para sacarla adelante a base de madrugar. No sé si podré seguir con muchas de estas entradas de este diario de viajes por Turquía a pesar de tener varias ya medio redactadas. La verdad no creo que nunca llegue a acabarlo, pero al menos, si me gustaría compartir con vosotros al menos las entradas más destacadas de aquellos lugares que tengo más claros como Estambul, Pamukkale y Capadocia. 




Recordad que podéis leer el resumen de mi diario de viaje a Turquía pasando por Estambul, Éfeso, Pamukkale, la Ruta Lícia, Antalya y Capadocia entre otras, en este enlace.

Tenía muy claro que quería dedicar una entrada exclusiva solo a esta cautivadora y bella maravilla arquitectónica, religiosa y cultural, que además de ser uno de los monumentos más visitados del mundo, como dice mi mujer desde antes de casarnos, está situado en uno de las localizaciones más bellas del mundo: la plaza de Sultanahmet (Sultanahmet Meydani) en Estambul. Para los que no lo sepáis, alli se encuentran los dos monumentos principales de Estambul, que son la Mezquita Azul y la iglesia bizantina de Santa Sofía. Ambos se encuentran uno enfrente del otro, separadas solo por un maravilloso jardín pero compitiendo ferozmente por la atención de los visitantes y locales.

Santa Sofía en esta ocasión fue el primer sitio que visité en mi vuelta a Estambul. Una de las construcciones más singulares del mundo y sin duda una de las experiencias imborrables de este viaje. Puedo decir que sin duda es una de las maravillas del mundo actual y que si la visitáis os sorprenderá en muchos sentidos. Su innovadora arquitectura, su color rojo teja, su rica historia, su importancia religiosa y cultural..., pero sobre todo por la extraordinaria belleza de sus interiores casi en penumbra. Fijaos si destaca como una de los edificios más sobresalientes de la historia de la humanidad, que durante casi 1.000 años fue la catedral con mayor superficie del mundo. No penséis en la del Vaticano si no en la de Sevilla.



Santa Sofía, también llamada Haguia Sophia o Ayasofya, significa algo así como Divina Sabiduría. En sus tiempos, fue el mayor baluarte de la cristiandad. Con más de 1.400 años de antigüedad, nos transporta a Bizancio, antigua capital del imperio romano, cuando el emperador bizantino Justiniano en el año 537 la inauguró con el nombre de "Iglesia Grande" como catedral católica bizantina para intentar restituir el esplendor del imperio romano. Se dice que Justiniano, al ver la obra terminada, exclamó: «Salomón, te he vencido», en referencia al templo de Jerusalén.  En ella se coronaba a los emperadores y se llevaban a cabo las ceremonias imperiales. Construida encima de iglesias menores más antiguas ya existentes, ha sufrido varias transformaciones desde entonces, siendo la actual la tercera construcción de diferente estilo que allí ha tenido lugar hasta la actual.

No fue hasta el siglo XV, en 1453 cuando gracias a Mehmet I el Conquistador, los turcos Otomanos conquistaron la ciudad cambiándola el nombre por Constantinopla, y convirtiendo a Santa Sofía en mezquitaañadiendo los cuatro minaretes, sus mihrab y minbar interiores, siendo así, la mezquita principal de Estambul durante casi 500 años.






No fue hasta 1935, cuando fue secularizada y convertida en museo por Atatürk, el padre de la nación turca moderna, cuya capital cultural será Estambul, pero en cambio su capital política como sabéis es Ankara.


ENTRADA


En cuanto a los horarios, abren a las 9:00 y cierran a las 17:00, aunque la última hora de entrada es a las 16:00. En verano cierran a las 19:00 y una hora antes ya no os dejarán entrar. Santa Sofía cierra los lunes, así que si vais pocos días tenedlo en cuenta para organizaros u os podéis quedar sin ver su interior y sería una lástima.

Nosotros llegamos un poco más tarde de la hora de apertura para no pillar la primera cola. Aun así ya nos encontramos con una longitud aceptable. En menos de 15 minutos estaríamos dentro. Nos encontramos que Santa Sofía aún no estaba llena de los centenares de grupos organizados de turistas que la abarrotan diariamente aún más de lo normal. Más de 3 millones de personas la visitan cada año. Si dividís entre el número de días que tiene el año, sale una barbaridad de visitantes cada día

La entrada simple individual vale unas 30 liras turcas (poco más de 10€), pero como vamos a estar varios días visitando todo Estambul decidimos coger el Ticket de los museos (museum pass) que nos cuesta 85 liras turcas (unos 30€) y nos da derecho a entrar durante 3 días  a los museos y monumentos más importantes de Estambul sin esperar colas para las entradas (muy importante) y ahorrarnos algo de dinero. También se puede contratar un guía que hable vuestro idioma o coger una audio guía.

En el control de seguridad me requisaron el Gorilla Pod que llevaba ingenuamente guardado en la parte baja de la silla del bebe y me dieron una etiqueta con un número para que pudiera recogerlo sin problema luego a la salida. No me hizo gracia, pero no había opción y todo fue bien al recogerlo. A todos los fotógrafos que vi nos hicieron lo mismo. No vi a nadie con trípode dentro y había bastantes guardias de seguridad por todo el interior además de muchas cámaras. Así que si a alguien logra entrar con algún trípode y se le ocurre hacer fotos con él, muy probablemente no conseguirá hacer muchas fotos más con el mismo.


PLANTA INFERIOR


Tras pasar las taquillas entraremos por la entrada principal, que se encuentra en el lateral izquierdo según miramos a la fachada principal. Antes era la puerta imperial por donde sólo podían pasar el emperador y su séquito. Fijaos que importantes que sois ahora.



Allí nos espera en lo alto el primero de los mosaicos bizantinos representando a un Cristo Pantocrátor en el trono con el emperador León VI arrodillado ante él. 


El interior de la nave es mágico, sin duda espectacular. Es imposible que el visitante no se quede fascinado por el amplio recinto interior de su inmensa nave, sus frescos, los mosaicos de oro, los medallones verdes que lo decoran y sobre todo por su cúpula principal de 56 metros de altura y 30 metros de diámetro que parece flotar en el centro. 



Sin duda el edificio más bello por dentro de Estambul que no es poco, y uno de los más bonitos que recuerdo haber visto en mis viajes y además tiene algo muy especial. Es realmente único. Ese aire entre tinieblas y sombras al quedar iluminado naturalmente desde los ventanales superiores, debido a la gran altura la parte inferior queda casi a oscuras, pero es iluminada artificialmente por esas lámparas colgantes tan del gusto árabe, con esas pequeñas bombillas que simulan velas y dan un ambiente muy particular.











Es maravilloso contemplar el contraste de catedral cristiana ortodoxa, tapada para ser convertida en mezquita y luego museo para toda la humanidad, tras el paso de 14 siglos y de diferentes culturas: romana, bizantina y otomana. Ahora es un museo, y que lo sea por muchos años para que todos podamos disfrutar de ella.

En la parte superior nos llamará constantemente la atención los 8 característicos medallones verdes decorativos añadidos el siglo XIX con sus letras árabes doradas de exquisita caligrafía dando más inmensidad y originalidad a este conjunto. 




  

La verdad es que esta antigua iglesia bizantina ha resultado afortunada por las incorporaciones de los sultanes otomanos tras convertirla en mezquita tras la conquista de Estambul en 1453.



Al fondo, en el centro podremos ver el mihrab o nicho que indica la dirección a La Meca. Usado antiguamente durante las oraciones de los musulmanes, se encuentra debajo del ábside al fondo de la antigua iglesia. Dos en uno, como la catedral de Córdoba y tantas otras.


A la derecha del mihrab se encuentra el púlpito o mimbar / mimber y los mahfilis del muecín que son estrados para los lectores del Corán. El mayor de ellos está situado junto al mimbar.





A la izquierda del mihrab se encuentra una curiosa construcción o espacio elevado llamada la logia del Sultán que se encuentra iluminado dando una atmósfera a toda esta zona muy especial, casi te lo imaginas con su séquito conspirando en voz baja.



Por el pasillo trasero de este quiosco iremos por un pasillo en penumbra y a contracorriente de la gente que bajan de la parte superior para encontrar un pasillo oculto al fondo a la derecha que nos permite conocer una de las zonas sagradas de la zona de la mezquita que puede pasar desapercibida sino. 


  

Para subir a la parte superior y tener las mejores vistas dentro de Santa Sofía hay desandar este pasillo y volver hacia la puerta de entrada. Al fondo a la izquierda del pasillo de la entrada principal por donde habéis entrado al edificio, encontrareis una rampa que sube en zigzag. Para mi sorpresa, la subí con cierto desempeño incluso con la silla de bebe y mi hija sentada. Así, llegamos a la parte superior que también nos reserva muchas sorpresas y las mejores vistas de su maravilloso interior.

PLANTA SUPERIOR


Al subir la rampa en zigzag habréis llegado a una de las esquinas de la parte alta de la galería septentrional o extremo Norte del nártex interior. La verdaderamente interesante, sin embargo, es la meridional, así que seguid recto a la derecha.

Por toda la parte de arriba pasearemos por un amplio espacio dejando una gran balconada por todo el perímetro a la izquierda vistas al interior. No dejéis de hacer muchas fotos desde la parte superior al conjunto del recinto desde esta nueva perspectiva. 







Al seguir dando la vuelta en contra de las agujas del reloj, veremos entre otros mosaicos bizantinos uno de Cristo, con el emperador Constantino IX y su esposa Zoe, que donaron mucho dinero para la restauración de esta iglesia. 









En esta galería Sur, atravesareis unas antiguas puertas de mármol conocidas como las puertas del cielo y del infierno. Pasándolas encontraremos a la derecha uno de los mosaicos bizantinos más reconocibles de este conjunto. Aunque sólo se encuentra conservado la mitad del mismo, la calidad es suficiente para saber que nos encontramos ante verdadera obra de arte considerado como el comienzo del Renacimiento en la pintura de la época. Hablamos del mosaico del Juicio Final o Déesis con el Cristo Pantocrátor acompañado por la Virgen María y San Juan Bautista rezando por el perdón de los pecados de la humanidad.



Aquí tenéis un detalle del Pantocrátor del mosaico de la Déesis en la galería superior meridional.


Si conseguís mirar por alguna de las ventanas de los laterales que se encuentran abiertas para que entre aire, podréis ver una vista inédita de varias de las cúpulas de Santa Sofía.


Si os movéis casi hasta el fondo de esta galería y sacáis la cabeza, ahora si conseguiréis ver entre estas cúpulas y muros al fondo la famosa Mezquita Azul.




De vuelta al interior, en la parte final de la galería septentrional veréis un bien conservado mosaico de la virgen María con el niño Jesús y acompañándolos el emperador Juan II "el Bueno" y su esposa la emperatriz Irene, famosos en su época por sus obras de caridad... para restaurar la iglesia.


Al acabar de hacer este giro por la parte alta en contra de las agujas del reloj, llegareis a la parte final donde podréis hacer de cerca la foto del mosaico del ábside con la Virgen con el niño Jesús en su regazo sentada en un trono situado en la parte alta presidiendo el interior. Que sepáis que es importante por ser el primer mosaico figurativo creado en el siglo IX durante el periodo iconoclasta.








La espectacular cúpula superior esta bellamente decorada con incrustaciones doradas coránicas sobre fondo azul llegando hasta más de 55 m. de altura (más de 20 pisos). Ha sobrevivido a varios terremotos e incendios a lo largo de su historia. En su día cuando la vi por primera vez hace unos 10 años, me molestó que había un gran andamio en medio de todo porque decían que estaban restaurándola, pues nada ahí siguen. La verdad es que el día que acaben será aún más espectacular.




A la derecha del ápside podréis ver, si os fijáis, el mosaico del arcángel San Gabriel. A día de hoy solo se encuentra visible en parte. 


En las cuatro bases de esta cúpula veremos mosaicos de Serafines de seis alas que son los ángeles alados encargados de la custodia del trono de Dios en el cielo. Ahí es nada. Dos de ellos son mosaico, los otros dos al ser dañados se renovaron como frescos. 


Por lo menos una de estas caras se taparon con una estrella metálica durante el periodo Otomano y parece que nadie se ha vuelto a subir a quitársela.


Podréis seguir disfrutando de las mejores vistas de los 8 medallones o tondos de madera con inscripciones caligráficas del nombre de Alá, del profeta Mahoma, de los 4 primeros califas y de dos nietos del profeta que fueron mártires. No me preguntéis cual es cual.






   


De vuelta, si deshacéis todo el recorrido en sentido de la agujas del reloj, encontrareis una rampa de bajada y estaréis de nuevo en la parte baja al fondo del altar. 

Cuidado al salir con prisas, porque justo antes de abandonar el edificio por la puerta Hermosa que es de bronce, a vuestras espaldas estaréis dejando en la parte superior de la última puerta uno de los mosaicos más famosos, otra vez con la Virgen y el niño, pero en este caso acompañados por Constantino ofreciéndoles por un lado la ciudad de Estambul y por otro a Justiniano ofreciendo a Santa Sofía (nadie se da cuenta que...). Por suerte para los despistados, han evitado que nos lo perdamos poniendo un espejo para que aunque no queráis o no os deis la vuelta, lo podáis ver.


En la salida recogí el trípode sin problemas, como otros tantos aficionados a la fotografía japoneses que se encontraron en mi misma situación.

Para los que os interesen los datos técnicos tenéis los EXIF de cada foto, pero para que vayáis preparados: Todas las fotos que habéis visto fueron tomadas con mi 24-105 a f4 seguramente a ISO 3200, dándome velocidades cercanas a 1/50s. Como veis un poco justo para no hacer fotos movidas a pesar de tener estabilizador en el objetivo. Al haber muchas ventanas os enfrentareis a muchos contraluces y tendréis que sobreexponer más de un paso o mejor tirar en puntual y en manual. Llevaos vuestro angular más luminoso. Yo eché de menos mi 17 mm en full frame, pero creo que me apañé para traerme unas fotos decentes. ¿Qué opináis?


EXTERIOR


Aunque el exterior de Santa Sofía no destaca como otros edificios más que por su color rojo teja, podréis seguir disfrutando de su fachada al pasear por la plaza de Sultanahmet hacia la Mezquita azul. 

Sin duda os llamará la atención no solo original color, sino su simple fachada construida con ladrillo, y su aspecto sólido, compacto, austero y fortificado, nada que ver con el interior tan ricamente decorado con mármoles simétricos magistrales y sus mosaicos dorados. 


Para hacer fotos de su exterior, la verdad, es que solo merece la pena su fachada frontal que da a la plaza de Sultanahmet. Lo intente por otros ángulos pero no me llevé nada que valdría la pena.

Aquí tenéis algunas que hice de día a pleno sol.




Otras según esperaba a que atardeciera y encendieran las luces.






Al estar bien iluminada se puede fotografiar también ya de noche cuando ya la luz del cielo ya ha desaparecido.

 


Desde la zona de la Torre de Galata en la parte Europea o nueva de la ciudad de Estambul también podréis sacar tomas lejanas de este singular edificio. Por ejemplo, estas tomadas con las últimas luces del atardecer.



  
Bueno, hasta aquí os he compartido esta entrada dedicada con todo mi respeto y gran recuerdo, en exclusiva para este grandioso edificio, porque creo que se la merecía y me reconcomía en mis adentros no publicarla... como tantas otras...

Pronto sabréis más cosas de mí, según pueda ir sacando tiempo, así que estad atentos.

Si os ha gustado, no os olvidéis de compartir esta entrada en vuestras redes sociales.

Iñigo Escalante

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