miércoles, 5 de marzo de 2014

Diario de viaje Selva negra, Suiza: Berna, Cataratas del Rin y Schaffhausen


Mirando la guía y los folletos que habíamos cogido en la oficina de turismo sabíamos bastante bien que queríamos y podíamos visitar en Berna, la verdadera capital de Suiza, que no es Zurich como muchos podrían pensar. También es el nombre de la provincia o cantón donde se encuentra.


6 km de galerías con arcadas, fuentes con figuras renacentistas, la catedral, las fachadas bien conservadas de arenisca y el exclusivo paisaje de sus tejados caracterizan la ciudad de Berna, fundada en 1191, como uno de los más grandes testigos de la construcción medieval de Europa.

Berna es ciudad de superlativos: la más bonita ciudad florida europea, lugar de nacimiento de la Teoría de la Relatividad de Einstein y cuna del chocolate Toblerone.

Decidimos no complicarnos mucho. Sabíamos donde estaba la oficina de turismo y buscamos en el GPS el parking más cercano. Viajando con niñas complicarte poco a veces puede ser una gran diferencia. Ademas, el día estaba nublado con ganas de llover y nuestra experiencia con las plazas de aparcamiento y zonas de pago en este tipo de ciudades nunca ha sido muy positiva por norma general.

Según salimos del parking visitamos la primera iglesia que encontramos que era la de San Pedro y Pablo. Al lado estaba el ayuntamiento o Rathaus de la ciudad. Hasta el día de hoy es la sede del gobierno cantonal de Berna. 



Cogimos la siguiente calle paralela, Rathausgasse, que es una de las calles principales y fuimos dirección Este hacia la famosa torre del reloj de la ciudad. Es una de las principales curiosidades turísticas de Berna. El artístico reloj calendario astronómico y el carillón datan de 1530. La torre tenía la función de reloj principal de la ciudad y, por lo tanto, era determinante para Berna. Desde allí se medían las horas de camino registradas en las piedras horarias de las rutas cantonales. En el paso de la puerta están fijadas las medidas de longitud para los controles públicos, antes la vara y la braza, ahora el metro y el metro doble.






De nuevo, volvíamos a ver muchas fuentes de tipo columna con una estatua medieval colorida y representativa en su parte mas alta.






Toda esta avenida esta llena de cables, supongo que de algún tipo de tranvía. Y de banderas tanto de Suiza como de la ciudad Berna.





Llegamos a la torre del reloj pero todavía quedaban unos minutos para el canto del gallo. De todas formas ya se habían reunido allí bastantes turistas.






Empezó a llover un poco, pero gracias a dios esa avenida tiene soportales y podíamos ir por dentro. Por supuesto, todo eran tiendas y galerías comerciales.

Llegando al final de esta avenida encontramos una iglesia que nos pareció que tenia un interior bastante iluminado y particular.







A la salida había una especia de salida de metro con una cubierta gigante para evitar la lluvia.



Llegamos al edificio del Palacio federal de Berna, sede del gobierno suizo (Consejo Federal) y del parlamento (Consejo Nacional y Consejo de los Estados) pero empezó a diluviar y nos tuvimos que resguardar. 




Queríamos visitar la catedral o Munster de la capital Suiza así que como se veía al fondo el campanario fuimos hasta ella.


La Catedral de Berna (Münster) es la construcción sacra más grande de Suiza. Se comenzó a construir en 1421 y los trabajos de esta obra maestra duraron varias generaciones. Se terminó en el año 1893. Una característica destacada es el portal, en el que se puede admirar la representación del Juicio Final. Esta es una toma de la portada principal.



La Catedral de Berna es la mayor y más importante iglesia bajomedieval de Suiza. Como construcción dominante del casco histórico de Berna, que forma parte del Patrimonio mundial de la UNESCO desde 1983, la catedral tiene un importante significado urbanístico.




Siempre hago estas tomas de los techos simétricos. Tan difíciles de exponer y tan duras de quemar las cristaleras que siempre suelen ser ricamente decoradas, pero todo no entra en el rango dinámico de la cámara y hay que elegir.



Íbamos mal de tiempo. La idea era pasar solo la mañana en la capital. La otra pareja se había separado para ir tranquilos y comer con tiempo, pero yo quería ver lo más posible de mi única visita a la capital Suiza, así que me empeñé en ver todo lo que podía y ya comeríamos en un Mac Donalds como podríamos (como no, esto aún es Suiza y no me apetecía dejarme mas de cien €uros en comer). 

Así, llegamos hasta el final de la avenida principal, donde había que pasar un puente encima del rio Aarre con las vistas mas características de esta ciudad. La ciudad vieja de Berna está inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983, gracias a su arquitectura medieval conservada a través de los siglos.





La ciudad de Berna, declarada Patrimonio mundial de la UNESCO, está bordeada por el río Aar y señoreada por un portentoso panorama a los Alpes. La romántica capital debe su atractivo a su perfil de ciudad conjunta.




Lo que no os he dicho es que al otro lado de este puente desde el cual hay unas vistas mas que interesantes.  




Pero es que al otro lado están los famosos osos que dan nombre a la ciudad. Según la leyenda local,  el fundador de la ciudad, prometió que le daría su nombre según el primer animal que encontrara en la cacería en la que iba a tomar parte, y el primer animal que vio fue un oso (Bär en alemán). El oso ha sido el animal heráldico en el escudo de Berna desde al menos el siglo XIII.



En la parte baja hay un pequeño pozo en el que se bañan e incluso le vimos bucear y nadar como una persona. Me sorprendió mucho, la verdad.



Y al salir se secó claro. Las niñas disfrutrarón un montón viendo a estos animales.




Realmente no están dentro de vallas, sino en una zona apartada en una ladera del río. El animal heráldico de Berna ha sido dejado en libertad a las orillas del Aar. En el nuevo y espacioso Parque de los Osos, se ha conseguido un espacio para los osos Björk y Finn donde pueden trepar, pescar y jugar a sus anchas, y también descansar y estar a solas.




Aproveché que estaba en la otra orilla del río para hacer más fotos de esta ciudad vieja debajo del puente.











Salimos de Berna. Cogimos el coche y aprovechamos como siempre la hora después de comer para hacer el trayecto lago y que las niñas fueran todo el tiempo posible dormidas... la niñas y las amatxus... 

Recuerdo que nos costó bastante escoger el hotel en la población desde la que se visitan las cataratas o Rheinfall del río Rin (Rhin). Son el mayor salto de agua en la Europa central y se encuentran en el curso del Alto Rin, entre los municipios de Neuhausen am Rheinfall y Laufen-Uhwiesen, cerca de la ciudad de Schaffhausen, en el norte de Suiza, entre los cantones de Zurich y Schaffhausen. Tienen 150 metros de anchura y 23 m de altura. Los únicos peces que pueden remontar las cataratas son las anguilas, capaces de avanzar serpenteando a lo largo de las rocas.

Es una zona cara y tuvimos que elegir un hotel un poco por debajo de la calidad que estábamos acostumbrados para no morir arruinados. Además yo quería verlo al atardecer así que una vez llegamos y dejamos las cosas en las habitaciones fuimos paseando y disfrutando de una bonita tarde hasta las cataratas.

No teníamos muy claro si la visita era gratis o no, ni si se podía hacer con las sillas de las niñas, pero por una vez todo salio bien.

Tras bajar una cuesta importante (que luego habrá que subir) llegamos un mirador en la parte alta de las cataratas. Aquí tenéis las vistas.





Esta es la misma foto pero con una exposición un poco más larga.



Fijaos en estas otras 2 tomas como iba y venia la luz debido a las nubes. Cogía a contraluz desde esta zona y la diferencia en la espuma del agua de la foto de larga exposición.





El sol estaba bajando y había bastantes nubes, así que la luz iba y venia. Por un lado se quemaba el sol y me forzaba un contraluz y por otro al estar entre montañas quedaría en sombra muy pronto. No era el atardecer que esperaba, ahora entendía por que no había visto fotos de este estilo en Internet. mi única opción era hacer alguna foto nocturna ya que lo iluminan por la noche. Hacia unos años había hecho unas fotos muy interesantes en las cataratas del Niagara de noche e intentaría repetir.

Bajando unas escaleras, no llegamos a encontrar taquilla, así que la visita por una vez era gratuita. Sorprendente en esta zona y en este país.

El que veis a continuación, fue un momento bonito de luz. Un precioso sitio el que encontré buscando un poco y pude hacer esta serie de fotos que me encantan. 






De repente, el sol se puso detrás de la montaña y se acabó la luz. Pues nada, me pongo a hacer fotos a un molino de agua.




Fuimos andando por el paseo ya a la misma altura del recodo del río y desde allí también había unas buenas vistas de toda la catarata. 



Al final del paseo que hicimos se encuentra esta torre que ahora es un buen restaurante si te quieres dejar el dinero cenando.




El sol iba y venia con sus últimos rayos y por esta zona también hay un barco que se acerca a las cataratas, como en las de Niagara pero a otra escala muy diferente. Se puede hacer una excursión en barco por el Rin hasta las cataratas y la Rheinfallfelsen. También hay plataformas de observación con una vista espectacular de las cataratas construidas a ambos lados del Rin, a las que se llega a través de escaleras empinadas y estrechas.






No todo son fotos panorámicas, también había un cielo con unas nuevas muy interesantes.


No había muchos restaurantes para cenar, ni tenían carta en ingles, y cerraban muy pronto. decidimos cenar pizza en las habitaciones. mañana ya salíamos de Suiza y podríamos empezar a comer decente. Mientras esperábamos las pizzas Diavolo, nos tomamos unas buenas cervezas.

Al día siguiente, intentamos madrugar para que nos diera el mayor tiempo posible a visitar la localidad vecina de Schaffhausen. Las fotos que había visto eran de una localidad centro europea medieval muy interesante y fotogénica.

Mirando los mapas de la ciudad decidimos empezar la visita por el castillo que se encuentra en lo alto. También allí había parking por el que había que pagar y también allí había que volver en mucho menos tiempo del cual pensábamos invertir. ¿Estamos locos?

Antes de entrar al castillo pudimos disfrutar de las vistas de la preciosa ciudad de Schaffhausen que teníamos a nuestros pies.







Me encanta especialmente la foto siguiente. Además de por el fondo, por el primer plano con su componente humano, pero sobre todo por que todos los que subían eran invitados de una boda a la que les acompañamos.


Las niñas estaban encantadas con los ciervos del foso del castillo. Siempre que hay animales ellas están contentas.




Que os voy a decir de los interiores oscuros y lúgubres del castillo. Hice fotos hasta hartarme.... y para aburriros. Se siente...





En todo momento íbamos siguiendo a los invitados a la boda y por fin aparecieron los novios. Muy majos. Una boda bonita en un sitio original que era la terraza superior del castillo. Llena de globos y de gente elegante. Una boda muy distinta a las de aquí y me hizo mucha gracia ver como trabajaba en Suiza un fotógrafo de bodas.


Unas fotos más que hice al salir del castillo por el camino de vuelta.






Pasear por la ciudad era una delicia. Su mercado, la gente, el color de por fin un día soleado. Ademas, había un festival de musica en la ciudad con grupos importantes, así que había muy bien ambiente y mucha gente. Complicado estuvo comer.



Acabo de acordarme de otro momentazo que viví en este viaje precisamente al visitar su catedral. Al entrar, estaban ensayando una chica al piano y otra chica cantando para una boda que habría a continuación. ¡ Como cantaba esta chica ! No solo de voz y de estilo, si no con gusto y me ponía los pelos de punta. Le gustó hasta a mi niña que acabo aplaudiendo y todos sonriendo. 



Comimos en un restaurante donde no hubiera problemas para pagar con tarjeta. Al final, comimos mejor de lo esperado. Como el castillo estaba en lo alto, los chicos propusimos subir a por la furgoneta y pasar a recogerlas para que no tuvieran que darse la pechada.

De nuevo, aproveché el paso por el castillo para hacer alguna foto más. 



Me costaba mucho hacer todas estas fotos sin gente. Pasaban decenas de personas que también se entretenían haciendo fotos, pero con paciencia... se consigue.



Siempre me sorprende cuanto aporta el componente humano a una foto. Comparar la foto anterior y esta. Curiosamente yo me quedo con la inferior por que da escala al paisaje y eso que podéis observar como estaba tirando con el 17 mm en full frame.


No todo es paisaje hombre. Aproveché para hacer unas fotos de súper héroe enigmático y todo mazao a mi compi.


De nuevo, como casi todos los días, el trayecto largo hasta Austria, en este caso, lo hicimos después de comer con las niñas dormidas.

No os perdáis, y lo digo de verdad, la siguiente entrada. Vaya sitio en el que estuvimos en Austria. Una espectacular zona de montaña llamada Brand. Espectaculares las fotos. El mejor hotel del viaje y con balneario, las mejores cenas y unos de los mejores desayunos... después de sufrir en Suiza, por el dinero y por el mal tiempo, esto nos vino genial.. y no digo que fuera barato.  Vaya lago el Lunersee y que paisajes !!!

Además, os contaré una de las experiencias más duras y físicas que he vivido para ir a hacer unas fotos a unas cataratas dentro de un valle glaciar... pero seguro que viendo las fotos entenderéis por qué lo hicimos.

No os cuento más, por ahora... tenéis que verlo y leerlo ... en la siguiente entrega.

Hasta pronto.

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